sábado, 3 de diciembre de 2011

San Miguel de Troncedo (Huesca)


La pequeña localidad de Troncedo, dependiente administrativamente del municipio de La Fueva, se ubica en el Sobrarbe oscense. Su núcleo urbano lo conforman dos caseríos. El primero, que se asienta en la cresta de un cerro en torno al castillo e iglesia parroquial, es probablemente el más antiguo. El segundo, conocido como “Casas de San Ángel” se levanta debajo del anterioren torno a un templo que parece ser estaba consagrado a San Miguel, aunque actualmente lo está a San Victorián.
De esta última iglesia son las tres tallas en madera policromada de San Miguel, la Virgen con el Niño y Santa Bárbara que forman parte de la exposición permanente del Museo Diocesano de Barbastro. Durante la segunda mitad del siglo XV se tiene constancia de la existencia de un taller de imaginería que proveyó de imágenes para el culto a numerosas localidades altoaragonesas, entre ellas Troncedo, para las que se realizaron estas tres tallas que presentan  evidentes similitudes en su técnica, estilo y en el tratamiento de los rostros.


La imagen de San Miguel ha perdido el antebrazo derecho con la lanza, la balanza y las alas, aunque quedan los huecos practicados en la parte posterior para acoplarlos. La cabeza del joven de melena dorada y rizada, se ciñe con una diadema. Sus ojos, almendrados y entreabiertos, son azules y su boca pequeña. Recuerda al modelo de belleza difundido en las corrientes estilísticas europeas a mediados del siglo XV.
El santo se cubre con una capa roja sujeta con un broche y delicadamente decorada a base de placas de estaño grabado y aplicadas a modo de orla decorativa para imitar con realismo los tejidos enriquecidos con cenefas de hilos de plata y oro. Bajo la capa viste una armadura. El pecho se protege con un peto del que cuelga el faldar, compuesto por unas tiras cilíndricas. Por debajo asoma una cota de malla terminada en dientes de sierra. A cada extremidad se acopla la pieza correspondiente: al brazo, el guardabrazo; al antebrazo, el avambrazo; al muslo, el quijote; y a la pierna, la greba o canillera. A las articulaciones se amoldan los codales y las rodilleras. El Diablo, que ha adquirido forma de dragón alado, se revuelve contra el santo que le ha derrotado con una lanza, que tal vez portara en la mano izquierda.


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