viernes, 14 de diciembre de 2012

Retrato de Juan Martín de Goicoechea (Francisco de Goya)


Goya visitó Zaragoza en octubre de 1790 durante veintitrés días con ocasión de las fiestas del Pilar. Parece ser que fue durante esta estancia cuando tomó apuntes del natural para realizar este retrato de su amigo Juan Martín, que terminó en diciembre del mismo año en su residencia de Madrid.



Sobro un fondo neutro, intensamente oscuro, nos presenta a Martín de Goicoechea vistiendo la casaca marrón propia de su condición de comerciante. Destacan en el cuadro las pálidas carnaciones del rostro y mano del retratado, así como las calidades de las telas de ejecución brillante, tanto las aterciopeladas de la casaca, como las puntillas de la camisa que se adivina bajo ella.

 

Goya lo representa como un amigo al que quiere complacer, pero también a la que se le reconoce una cierta vanidad, de ahí que le cruce el pecho la cruz pequeña de la Real Orden de Carlos III, concedida solo un año antes, en 1789. La pose y la mirada hacia el espectador, también hablan de este rasgo psicológico.


Juan Martín de Goicoechea y Galarza Ziordia (1732-1806) fue el hombre de negocios más importante de Zaragoza de la época. Estudio comercio y sedería en Lyon, y a su regreso a la ciudad fundó una fábrica de hilados en 1772. Ilustrado y liberal, mantuvo una activa implicación en los asuntos ciudadanos, siendo uno de los fundadores de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, manteniendo a sus expensas la Academia de Dibujo que estuvo activa entre 1784 y 1792, fecha en que se creó la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis.

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