miércoles, 30 de enero de 2013

Estudio de caballo árabe para el lienzo El Suspiro del Moro (Francisco Pradilla)


En este óleo Pradilla hace un estudio del caballo destinado al rey Boabdil en el cuadro del “Suspiro”, donde un palafrenero lo sujeta por las bridas. Está ejecutado con una pincelada rápida y magistral, imprimiendo un movimiento al caballo tan logrado que demuestra la maestría del pintor para representar animales, así como sus notables habilidades como dibujante. En el dorso del lienzo, en el bastidor se lee: “Estudio del caballo árabe pura sangre para el cuadro “Suspiro del Moro”, pintado por D. Francisco Pradilla Ortiz en Roma 1887
 


lunes, 28 de enero de 2013

San Pedro y San Pablo (El Greco)


Este óleo es una de las primeras representaciones de los santos Pedro y Pablo que pinta Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco, diferenciándose de las otras parejas de santos en que aquí aparecen pintados de medio cuerpo.


El cuadro sorprende por su contenido argumental y su riqueza cromática. Aunque el tema central es la reunión entre los dos apóstoles después de haber mostrado su desacuerdo, se insinúa una reconciliación no cumplida en las manos unidas que se cruzan sin llegar a tomar contacto. Al mismo tiempo, muestra un gesto de cesión o reconocimiento por parte de San Pedro, que se representa como un anciano cansado en un fondo de nubes que se abre al azul del cielo para resaltar la aureola de santidad y llevando las llaves de la iglesia. A su lado aparece la poderosa imagen de San Pablo en la plenitud de su madurez, sin aureola, con túnica verde y manto rojo, sujetando con orgullo la espada o atributo que le es propio.


Las figuras estilizadas se envuelven con pesados ​​mantos que impiden contemplar su anatomía, destacando sus pliegos en los que se crean sugerentes contrastes luminosos. Y es que, como buen conocedor de la Escuela veneciana, El Greco modela a través del uso de luces y colores, utilizando una pincelada rápida y vigorosa que empasta la tela haciendo perder los detalles. La espiritualidad de los santos está resaltada en sus rostros, claramente diferenciados para avanzar el naturalismo de años posteriores.


sábado, 26 de enero de 2013

Placa de marfil (Tesoro de la catedral de Aquisgrán –Aachen-)


En el tesoro de la Catedral de Aquisgrán se expone, entre otras, esta placa de marfil que recoge en tres escenas los momentos más significativos de la vida de Jesucristo. Datada en el 1100, se encuadra dentro del arte del Mosa.


En la escena inferior se representa el Nacimiento, con algunos detalles curiosos: el Niño en la cuna en alto junto al buey y la mula, María reclinada y el pobre San José en una esquina sentado en una silla, dormido, sin enterarse de nada el pobre, como si el tema no fuese con él, manera habitual durante siglos de presentarlo.


En el centro, el bautismo en el río Jordán, con San Juan Bautista y cuatro ángeles.


La tercera escena, en la parte alta, presenta la crucifixión, con San Juan y la Virgen, y los símbolos de los cuatro Evangelistas en las esquinas.

viernes, 25 de enero de 2013

San Antonio Abad (Juan de Juni)


Esta talla policromada de San Antonio Abad, actualmente en el Museo de Escultura de Valladolid, se encontraba en una capilla de la iglesia del Monasterio de San Benito de la misma ciudad, lugar para el que también trabajó Alonso Berruguete. Los especialistas vienen considerando que la pieza es obra del taller de Juan de Juni, más que de directa intervención, apuntando que no presenta la expresividad del resto de sus trabajos, al tiempo que se detectan errores en la ejecución técnica de algunos detalles, si bien la composición sigue las directrices de su producción.




jueves, 24 de enero de 2013

San Joaquín y la Virgen Niña (Vicente Berdusán)


Berdusán pinta este cuadro hacia 1671-1673 para el Monasterio de Veruela. El protagonismo de la Virgen está acentuado por la luz y por las actitudes de los personajes que la rodean, mientras ella desvía su atención hacia el anciano Joaquín; es precisamente en esta figura de canon alargado donde se evidencia la interpretación personal de las proporciones que hace el pintor en sus obras. La disposición en planos de las arquitecturas clásicas del fondo, y las tonalidades desvaídas evocan a Juan Carreño de Miranda. En conjunto el lienzo muestras una profundidad expresiva no carente de delicadeza y sentido armónico.