viernes, 27 de abril de 2018

Santo Tomás de Aquino confundiendo con sus escritos a los herejes (Francisco Bayeu)

Bayeu pinta este óleo sobre lienzo hacia 1759-1760. De formato casi cuadrado y con las esquinas curvadas, presidía el retablo de la capilla de Santo Tomás en el convento dominico de San Ildefonso de Zaragoza. El santo va ataviado con el hábito dominicano, y se representa sentado en su cátedra portando los atributos de escritor de la Doctrina Cristiana; las alas que le identifican como Doctor Angélico, la pluma de Doctor de la Iglesia y el sol que ostenta en el pecho como atributo personal “Totius ecclesiae sol”, pues sabiduría y doctrina han de resplandecer sobre toda la iglesia. Esta obra se enmarca dentro de las primeras realizaciones del pintor, y en ella destaca la composición de las figuras en el suelo, que corresponden a los herejes, desnudos academicistas que recuerdan a Giaquinto. (texto extraído de la cartela que figura junto al cuadro en el Museo de Zaragoza)

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