Estas dos tallas en madera
policromada de vírgenes medievales forman parte de la exposición permanente del
Museo de Valladolid. Ambas se representan entronizadas, con el Niño sentado en
su regazo sujetando la bola en la mano izquierda; en la segunda talla tanto el
Niño como la Virgen han perdido la mano derecha, aunque es de suponer que, al
igual que en la primera, aquél la tuviese en posición de bendecir, y la Virgen
sujetase una bola. De procedencia desconocida, se datan en el
siglo XIII.
martes, 26 de febrero de 2013
domingo, 24 de febrero de 2013
Muerte de San Victorián (Juan de Madrid)
Tabla representando la muerte de
San Victorián atribuida a Juan de Madrid y que, proveniente del Monasterio
sobrarbense situado en las faldas de Peña Montañesa, se expone actualmente en
el Museo Diocesano de Barbastro.
miércoles, 20 de febrero de 2013
Padre Eterno (Damián Forment)
Este altorrelieve de alabastro
procedente del Monasterio de Santa Engracia de Zaragoza lo atribuye la
profesora Carmen Morte a Damián Forment, basándose en el parentesco que tiene
la obra con la imagen del Salvador en la escena de la Anunciación del retablo
del Pilar, observándose en el tratamiento de la cabeza y en el modo de disponer
y plegar la túnica; la citada autora también afirma que formaría parte de un
retablo encargado a Forment por Jorge Cocci, impresor alemán de la imprenta de
Zaragoza, para la Capilla de la Visitación y del Nacimiento de San Juan Bautista
del citado monasterio.
lunes, 18 de febrero de 2013
José de Madrazo Agudo (Luis de Madrazo)
Retrato de José de Madrazo,
patriarca de la familia, cuando contaba aproximadamente 70 años. Luis se basó
en una fotografía para representar a su padre y eligió esta efigie que lo
personifica en una pose elegante y significativa de su estatus social y
profesional. En esta época el pintor, nacido en Santander en 1781, era director
del Real Museo, director y profesor de la Real Academia y de la Escuela de San
Fernando y primer pintor de Cámara.
jueves, 14 de febrero de 2013
Cristo con la cruz (El Greco)
En la obra del Greco encontramos
varias versiones de este tema, algo que le ocurría a menudo cuando uno de sus
modelos se hacía popular y debía de repetirlo para otros encargos. Novedosa
resulta la imagen que presenta de Cristo en forma de figura sin heridas con la
cruz colocada de tal manera que parece que la abraza, en contraposición a la
representación clásica de una persona rota por el dolor del sufrimiento
infringido y padeciendo bajo el peso de la cruz camino delo Calvario.
Cristo se nos presenta con una
mirada serena a la par que llorosa, que parece transmitir al espectador que
acepta su destino de morir en la cruz. La posición de las manos es elegante,
típica de la pintura y escultura italiana que el Greco aprendió durante su
estancia en Venecia.