En este cuadro Sorolla representa
a su mujer y a una de sus hijas sentadas en un acantilado, ambas de perfil y a
contraluz. Una de ellas viste de verde y la otra de blanco. Como telón de
fondo, el mar rompiendo contra las rocas. (texto extraído del catálogo
online del Museo Sorolla)
jueves, 12 de diciembre de 2019
viernes, 29 de noviembre de 2019
Autorretrato (Ramón Bayeu)
Para Camón Aznar, la intensa
mirada y el aire un tanto enfermizo con el que se representa en este
autorretrato Bayeu, constituyen “un magnífico testimonio psicológico”, y lo
fecha hacia 1790, aunque Morales y Marín lo sitúa un año antes, en 1789. Aunque
no existen datos ni prueba alguna que corrobore la identificación, ésta es
aceptada sin critica por quienes se han ocupado de la obra de este pintor,
considerándolo como “el único documento que poseemos para conocer su semblante”.
(texto extraído del catálogo on-line del Museo Lázaro Galdiano, donde se
expone el cuadro)
lunes, 11 de noviembre de 2019
Santa María Magdalena (Ambrosius Benson)
Benson pinta este óleo sobre
tabla entre 1520 y 1550. Representa a Santa María Magdalena que sujeta en sus
manos un jarrón que contiene el aceite con el que ungió los pies de Jesucristo.
Las representaciones de esta Santa por parte de Benson son muy recurrentes (se le
conocen hasta un total de veinte versiones). Iconográficamente se pueden dividir
en dos grupos, por una parte, las que representan a la Magdalena con el jarrón
del bálsamo, y por otra, las que aparece con un libro. El estilo de este artista
es fácil de reconocer, sobre todo por los dedos largos y delgados de las manos
y la nitidez con que pinta los pliegues de las mangas.
jueves, 24 de octubre de 2019
El juicio de Cambises (Gerard David)
Gerard David pinta este óleo en
1498 junto a “El despellejamiento de Sisamnes”, ambos juntos conocidos como “el
díptico de Cambises”. Según una antigua historia persa, Sisamnes era un juez
corrupto que fue desollado vivo por orden del rey Cambises. El panel izquierdo
del díptico representa el arresto de Sisamnes mientras Cambises enumera las
acusaciones. Entre otras cosas, el juez había sido sobornado para emitir un
veredicto injusto. En la escena del fondo recibe un cambio de dinero en la
puerta de su casa. El díptico fue colgado como “escena de justicia” en la sala
del tribunal del ayuntamiento de Brujas para instar a los jueces regidores a la
incorruptibilidad. Esa ubicación pública explica la presencia de los escudos de
armas de Philip the Fair y Johanna van Aragon en el ' Arresto 'y las armas de
Flandes y Brujas en el' Villing '. En la arquitectura de fondo, David presenta
una serie de motivos renacentistas italianos modernos: medallones antiguos,
guirnaldas florales y putti.
El despellejamiento de Sisamnes (Gerard David)
El panel izquierdo de “el díptico
de Cambises” que David pinta en 1498, se representa el horrible castigo a que
fue sometido el juez corrupto Sisamnes, el desollamiento vivo. En la parte
superior derecha su hijo Otanes esta sentado como juez en la silla recubierta
con la piel de su padre. El díptico fue colgado como “escena de justicia” en la
sala del tribunal del ayuntamiento de Brujas para instar a los jueces regidores
a la incorruptibilidad. Esa ubicación pública explica la presencia de los
escudos de armas de Philip the Fair y Johanna van Aragon en el ' Arresto 'y las
armas de Flandes y Brujas en el' Villing '. En la arquitectura de fondo, David
presenta una serie de motivos renacentistas italianos modernos: medallones
antiguos, guirnaldas florales y putti.
jueves, 3 de octubre de 2019
Tríptico de la Adoración de los Magos (Jan Van Dornicke)
Óleo sobre tabla, obra de la
primera mitad del siglo XVI, que representa la Adoración de los Reyes Magos. En
la tabla central del tríptico, tras un podio donde están depositados un cetro y
un tarro de orfebrería, uno de los Magos, cubierto con manto real, adora al
Niño que, en brazos de su Madre, se vuelve hacia él dándole la mano; en segundo
término, otro Mago acompañado de otros dos personajes conversando; en el fondo
un paisaje montañoso, una ciudad amurallada con puente levadizo sobre el que
está pasando una multitud. En la tabla de la derecha se representa a san José
sobre paisaje y lejanía de portal con el buey y la mula junto a un pesebre. En la
tabla de la izquierda el Rey Negro en figura de más de medio cuerpo sobre fondo
en lejanía de torres y murallas. (texto extraído del catálogo online del
Museo Lázaro Galdiano, a cuya colección pertenece)
miércoles, 4 de septiembre de 2019
El niño Jesús vencedor de la muerte y del pecado (Lucas Cranach)
En esta tabla, pintada entre 1530
y 1540, Cranach representa a San Juan Bautista señalado al Niño Jesús, que
aparece como Redentor y vencedor sobre la muerte y el pecado, representadas a sus
pies por un esqueleto y una serpiente. Este tema fue repetitivo en el pintor
con algunas variaciones. (texto extraído del catálogo online del Museo
Lázaro Galdiano, a cuya colección pertenece)
miércoles, 21 de agosto de 2019
Cristo en la Cruz (Catedral de Jaca -Museo Diocesano-)
Talla en madera de nogal de Cristo
crucificado datada hacia finales del siglo XII. Se cree que procede del altar
mayor de la Catedral. Se trata de una talla del tipo de cuatro clavos con los
brazos desplegados en horizontal perpendiculares al cuerpo, mientras que la
cabeza se inclina suavemente sobre el hombro derecho. El rostro, con los ojos cerrados
y la boca entreabierta, no muestra ningún rasgo de dolor, tal y como es
habitual en los cristos románicos. El perizonium o paño de pureza se dispone en
una posición bastante simétrica con un nudo central. A la altura del pecho se
observa un orificio que pudo contener reliquias. Estilísticamente se le relaciona
con motivos catalanes de la zona pirenaica y se han apreciado en él influencias
bizantinas. (texto extraído de la cartela que figura junto a la talla en el
Museo Diocesano de Jaca)
miércoles, 7 de agosto de 2019
Las dos Trinidades (Francisco Camilo)
En esta escena la figura del niño
Jesús ocupa el centro de la composición que se organiza por dos diagonales que
forman a su vez dos triángulos invertidos. Sobre él la Trinidad Celestial, con
el Padre Eterno y la paloma representando al Espíritu Santo. La Trinidad terrena
la forman la Virgen a la izquierda del espectador y San José en el lado opuesto.
El Padre abre los brazos para acoger a Jesús mientras que con la mano izquierda
sostiene el orbe celestial. Una corte de ángeles rodea la Trinidad Celestial
conformando así el rompimiento de Gloria. La Virgen aparece con los atributos
de la Inmaculada, mientras que San José se representa con la vara florida. (texto
basado en el catálogo online del Museo de Navarra)
jueves, 1 de agosto de 2019
Escena de disciplinantes (Francisco de Goya)
Pintura, junto a “matrimonio
desigual” que se exponen en el Museo Lázaro Galdiano, que han sido atribuida a
Francisco de Goya, excepto por algunos críticos modernos. El Museo sigue
considerándolas, con reservas, obra de este pintor, hasta que se emita una
autoría definitiva. Aquí se representa en primer término a un grupo de cuatro
penitentes a la derecha del espectador con una puerta de muralla de ciudad como
fondo por la que sale una multitud en la que destacan tres damas, también en
primer término, a la izquierda. En el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires se
expone otra versión del mismo tema, considerada original de Goya. (texto
extraído del catálogo online del Museo Lázaro Galdiano)
miércoles, 24 de julio de 2019
Madre (Joaquín Sorolla)
Sorolla representa en este cuadro
a su mujer, Clotilde García del Castillo, reposando tras el parto de su hija
menor, Elena, junto a ella en la cama. Únicamente emergen entre las sábanas y
almohadas las cabezas de ambas. Hoy en día hablaríamos de una composición
minimalista, limitada a los escasos elementos figurativos que son las dos
cabezas más la mano de Clotilde que busca a su recién nacida hija, y con
predominio de un solo color: el blanco, en todos sus matices. La precisión del
pintor en describir la cualidad específica de la luz es aquí extrema: la luz es
una penumbra fresca que envuelve la escena como una bendición; tras el parto,
reina el alivio, el descanso y la felicidad. (texto extraído del catálogo
online del Museo Sorolla)
jueves, 11 de julio de 2019
Matrimonio desigual (Francisco de Goya)
Pintura, junto a “escena de
disciplinantes” que se exponen en el Museo Lázaro Galdiano, que han sido
atribuida a Francisco de Goya, excepto por algunos críticos modernos. El Museo
sigue considerándolas, con reservas, obra de este pintor, hasta que se emita
una autoría definitiva.
La escena es idéntica a la que
aparece en el cuadro “La segunda boda del jorobado”, que se expone en el Museo
de Romanticismo, que al igual que el anterior, parecen copias del que podemos
ver en el Museo del Louvre, atribuido igualmente a Goya.
La composición se desarrolla en
el interior de una iglesia. En el centro aparece una pareja arrodillada frente
a un altar, y junto a ellos el sacerdote de pie. En segundo plano, y rodeando a
los contrayentes, los asistentes que contemplan la ceremonia también
arrodillados. El novio, de pelo cano y pronunciada joroba, viste una levita
amarilla; la novia, vestida de negro cubre su cabeza con una mantilla blanca,
mientras que el clérigo, ataviado con una casulla rosácea, sujeta un libro
entre sus manos. La iluminación procede de un ventanal alto y enrejado en el
lateral izquierdo de la escena. Predomina en la obra la pincelada suelta y muy
abocetada, con las figuras apenas esbozadas.
El tema del cuadro trata del
matrimonio desigual y viene a ser una denuncia de las uniones de conveniencia
en las que priman los intereses económicos o de sangre frente a los enlaces por
amor. En el cuadro queda patente la diferencia de edad de los dos cónyuges. Estos
matrimonios de conveniencia, muy comunes en el siglo XVIII, fueron muy
criticados por Goya en “Los Caprichos” y por Leandro Fernández de Moratín en su
obra “El sí de las niñas”, al igual que más tarde haría Mariano José de Larra
en su artículo “Casarse pronto y mal”.
martes, 25 de junio de 2019
Noli me tangere (Jorge Manuel Theotocopuli)
Este lienzo, obra de Jorge Manuel
Theotocopuli, hijo natural de El Greco, formaba parte del retablo, dedicado a
la Magdalena, de la iglesia parroquial de la localidad madrileña de Titulcia.
Representa a Cristo vestido de hortelano que se dirige a Magdalena, que llorosa
se vuelve hacia él reconociéndole. Jesús se sitúa de pie a la izquierda, con
manto carmín, y la Magdalena de rodillas a la derecha con manto azul y túnica
amarilla. Entre ellos, una azada y una redoma esférica de cristal, todo sobre
un fondo de paisaje con rompimiento de nubes en la parte izquierda superior.
Las figuras son de proporción muy larga y técnica muy amplia. La Magdalena
parece inspirarse en la figura de la Virgen de la Anunciación que en El Greco de
Illescas. (texto extraído del catálogo on-line del Museo Lázaro Galdiano)
martes, 11 de junio de 2019
El enigma de Hitler (Salvador Dalí)
En este cuadro Dalí interpreta la
situación en la que se encontraba Europa tras la Conferencia de Munich de 1937,
cuando Inglaterra y Francia ceden a las pretensiones de Hitler de invadir y
anexionarse Checoslovaquia. El cuadro, que viene a ser un presagio de lo que
poco después acontecerá, fue el desencadenante de la expulsión de Dalí del
surrealismo francés
Sobre una rama de olivo quemada y
medio rota, que viene a simbolizar la paz, aparece un teléfono roto y negro con
el extremo semejando la pinza de una langosta en posición amenazante, y con el
cable roto como señal del fin de las comunicaciones entre países. Del mismo
teléfono se descuelga una lágrima como alusión a las tristes noticias que se
reciben. Se completa esta parte del cuadro con un paraguas colgando de la rama
representando al gobierno inglés en sus inútiles negociaciones con Hitler.
Bajo la rama un plato contiene
una fotografía tamaño carnet de Hitler y unas pocas judías, como presagio del
hambre que espera al pueblo con la llegada de la guerra. El pintor incluye
también unos murciélagos, una flor marchita y una mujer que trata de guarecerse
bajo el paraguas, todo bajo un amenazante cielo encapotado. Se completa la
composición al fondo con la playa de Cadaqués, donde se puede observar un grupo
de personas privilegiadas, la burguesía, alejadas del tema central de la
guerra, que están disfrutando de su propia vida, mientras que a la izquierda un
perro negro los vigila bajo una sombrilla clavada en la arena.
lunes, 3 de junio de 2019
San Pedro y Calvario (Maestro de Viella)
En el Museo Diocesano de Lérida
se expone en depósito la parte central de un retablo dedicado a San Pedro procedente
de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores de Peralta de Alcofea (Huesca). Consta
de dos tablas, la central muestra al titular entronizado y flanqueado por dos
ángeles, mientras que la superior presenta un Calvario. San Pedro Apóstol se representa
de la forma habitual, como un varón entrado en años con barba y cabellos
blancos y mirada fija hacia el espectador. Viste de pontifical con tiara, casulla,
capa pluvial brocada y ribeteada en oro y guantes. Va coronado con un nimbo
dorado. En la mano derecha sostiene una enorme llave que lo identifica y en la
izquierda muestra un libro abierto. Se sienta en un trono que simula estar
tallado en madera y a ambos lados se acompaña de dos ángeles mancebos vestidos
como diáconos, también dotados de nimbo y en actitud orante. El fondo se decora
con estilizados motivos vegetales, incisos y dorados mediante aplicaciones de
pan de oro.
La tabla superior representa la
escena de la Crucifixión, con Cristo crucificado centrando la escena. Se trata
de un Cristo de tres clavos y anatomía ligeramente desproporcionada, que viste
un sencillo perizonium, muestra la herida sangrante en el costado e inclina la
cabeza y la vista hacia su Madre, que está arrodillada con las manos juntas,
observando el dolor de su Hijo. Lleva la cabeza cubierta y luce nimbo, al igual
que San Juan, que se sitúa a la izquierda. La escena se presenta en medio de un
paisaje rocoso, salpicado de vegetación y jalonado por un camino que conduce a
una ciudad amurallada, evocando a la Jerusalén bíblica, donde se sitúa el Monte
Calvario. (texto extraído de la web patrimonioculturaldearagon.es)
martes, 21 de mayo de 2019
San Blas (Miguel Jiménez)
Pintura al óleo sobre tabla, que
formaba parte de un retablo, atribuida a Miguel Jiménez, de procedencia
aragonesa. Representa a San Blas, obispo de Sebaste (Sivas) en Armenia. A San Blas en
Aragón se le dedicaron iglesias y retablos en distintas localidades durante el
siglo XV. Aquí viste los atavíos episcopales de su cargo, alba, tunicela, capa
pluvial de brocado y mitra. Está de pie, vuelto hacia el lado derecho, con el
báculo en la mano izquierda y gesto de bendecir con la derecha. Se le
identifica por el peine de hierro (pectinibus ferreis) o rastrillo de cardar el
cáñamo con el que desgarraron sus carnes durante su martirio, atributo habitual
que tiene al lado. Se encuentra delante de un muro de color gris terminado en
crestería gótica que separa la estancia que ocupa del jardín del que asoman dos
árboles cuya silueta se recorta sobre un fondo dorado. El suelo reproduce un
pavimento de azulejos blanco y rojo. (texto
extraído del catálogo on-line del Museo Lázaro Galdeano, donde se expone este
cuadro)
martes, 14 de mayo de 2019
Virgen de Mosén Esperandeu de Santa Fé (Blasco de Grañén)
Este cuadro corresponde a la
tabla central de un retablo dedicado a la Virgen María que Blasco de Grañén
realizó para el convento de San Francisco de Tarazona. Representa a la Virgen entronizada
con el niño Jesús sentado sobre su rodilla izquierda, acompañados de cinco
ángeles músicos que ocupan la zona lateral y superior del trono, reservándose
la parte baja para el retrato del donante, su escudo sostenido por un ángel y
una inscripción conmemorativa en el centro que señala el su nombre y la fecha
de realización: “Este retaulo fizo fazer
el muy honorable moss spe /randeu de sancta fe cavallero a honor e reverencia/
de la gl(or)iosa uirgen maria el qual fue fecho en el / anyo de mil
quatrocientos treinta et neue”. De los cuatro ángeles, tres tañen
instrumentos, un arpa de mano, una flauta y una mandora, mientras que el
cuarto, que asoma en la zona de arriba, hace ademán de leer en el libro que
sostiene en las manos. En la zona izquierda de la parte inferior del observador
se encuentra arrodillado en actitud orante Sperandeu de Santa Fe, ataviado como
caballero, según la moda del momento. Como corresponde a la obra de Blasco de
Grañén, los colores son vivos, con predominio del azul, el rojo y el verde,
aunque con prevalencia del oro empleado en el fondo, en los nimbos de los
personajes sagrados y en el borde del manto de la Virgen. (texto extraído del catálogo on-line del Museo Lázaro Galdeano, donde se
expone este cuadro)
miércoles, 8 de mayo de 2019
Doble retrato de Matrimonio (Lavinia Fontana)
Esta obra de pequeño formato
muestra el retrato de una pareja sobre ambas caras del soporte. Se trata del
autorretrato de la boloñesa Lavinia Fontana y su esposo, el también pintor Gian
Paolo Zappi. Ambos cónyuges aparecen ricamente ataviados ante un escenario de
cortinajes, ella con vestido rojo de vaporoso cuello acompañado de lujosos
collares y tocado de oro, piedras preciosas y perlas, mientras sostiene un
abanico de plumas. El hombre, vestido de negro, porta espada y muestra un
anillo y un clavel en la mano izquierda. El perro que lo mira apoyado en el
brazo del sillón lleva un magnífico collar de piedras. (texto extraído de la cartela que figura junto al cuadro en el Museo de
Bellas Artes de Zaragoza, donde actualmente se expone)
martes, 30 de abril de 2019
San Cayetano (Francisco de Goya y Lucientes)
Esta pintura formaba parte del programa
decorativo del oratorio del palacio de los Condes de Sobradiel en Zaragoza. El colocar
este Santo dentro de la iconografía del oratorio responde al segundo nombre del
conde, Joaquín Cayetano Cavero y Pueyo, y a su vez con la advocación de la
iglesia que se levanta junto al palacio. El Santo se representa en edad
avanzada, arrodillado en actitud de veneración, con el cuerpo inclinado hacia
delante y la mano derecha elevada. El entorno de la figura es especialmente
oscuro y algo inquietante, a lo que contribuye el color negro del hábito, de
tal manera que únicamente destacan las carnaciones de rostro y manos. Al igual
que los otros tres cuadros de pequeño formato, su ejecución es a base de trazos
abocetados muy enérgicos, algo descuidados, pero sumamente expresivos, que modelan
las formas de manera contundente y efectista utilizando la luz y el color. (texto extraído del catálogo on-line de la
Fundación Goya en Aragón)