En este óleo de pincelada suelta,
claramente abocetada en el cuerpo del anciano, y de naturaleza minuciosa en la
cabeza, Pradilla nos muestra una vez más sus facultades como dibujante. También
denota la gran influencia que Rubens tiene en su obra, esta vez en las
facciones angulosas del anciano y en el tratamiento de los cabellos y de la
gran barba lograda a base de finas hebras que le dan sensación de movimiento.
La indumentaria también presenta ecos rubenianos en la resolución de los paños,
remarcando las líneas para obtener volumen. Toda esta influencia no es de
extrañar, dado que Pradilla dedicó mucho tiempo a copiar al artista flamenco en
el Museo del Prado.
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