Berdusán pinta este cuadro hacia
1671-1673 para el Monasterio de Veruela. El protagonismo de la Virgen está
acentuado por la luz y por las actitudes de los personajes que la rodean,
mientras ella desvía su atención hacia el anciano Joaquín; es precisamente en
esta figura de canon alargado donde se evidencia la interpretación personal de
las proporciones que hace el pintor en sus obras. La disposición en planos de
las arquitecturas clásicas del fondo, y las tonalidades desvaídas evocan a Juan
Carreño de Miranda. En conjunto el lienzo muestras una profundidad expresiva no
carente de delicadeza y sentido armónico.
Me ha llamado la antención el título. Luego he caído en que debe ser una confusión. Leyendo el texto veo que es san Joaquín con María.
ResponderEliminarNo recuerdo haber visto antes esta pintura. Sí que he visto otras donde la Virgen aparece con santa Ana, o con los dos. Pero Ella sola con su padre, no.
Me gusta por original y por todo lo que sugiere: un padre guiando a su hija hacia lo sobrenatural. Si fue la elegida para ser Madre de Dios, gran responsabilidad tuvieron ello sus padres.
¡Gracias!
Efectivamente, se trata de San Joaquín (ya está corregido). El cuadro se puede ver en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza.
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