Esta escena nos sitúa en Lucas 7,
35-50. Una mujer de la ciudad que sigue a Jesús hasta casa de Simón el Fariseo,
comienza a lavar sus pies con sus lágrimas y un ungüento, los seca con sus cabellos
y después los besa. Simón censura a la mujer y a Jesús preguntándole si sabe
qué tipo de mujer era esa; éste le responde que ella había hecho lo que Simón
no hizo al recibirle: lavar sus pies y darle el beso de salutación, y a la
mujer le dice: “Tus pecados, que son muchos, te son perdonados; porque has
amado mucho; pero a aquellos a los que poco se les perdonan también aman poco”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario