Óleo sobre lienzo, copia de un
cuadro realizado por Giaquinto Corrado para la iglesia de San Giovanni di Dio
en Roma. Su autoría se viene atribuyendo a varios autores como Antonio González
Velázquez, Manuel o Francisco Bayeu o el propio Goya en su etapa formativa;
otra copia de la misma obra, atribuida también a Francisco de Goya, se conserva
en una colección suiza.
En el cuadro, el Santo aparece al
atardecer sentado en una roca en un lugar apartad, admirando la aparición del
ángel que con su mano izquierda le señala al cielo. A sus pies aparece un
cuenco para beber agua, un libro abierto y una calavera sobre otro libro
cerrado, símbolos de ascetismo y penitencia. Una clara línea diagonal organiza
la composición, en la que destaca la expresividad del rostro del santo y la
soltura de la pincelada.
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