Aunque existe alguna duda sobre
si realmente el retrato corresponde a la reina gobernadora María Cristina de
Borbón,
la semejanza del retrato con el
rostro conocido de la reina transmitido por los pintores de Corte, hace pensar
en que se trate de ella: figura algo gruesa, de nariz afilada, tez blanca y
pómulos rojizos, boca pequeña propensa a la sonrisa y mirada expresiva y
agradable. Luce peinado de tirabuzones con dos flores prendidas del cabello y
pendientes y collar de perlas. Viste con traje azul claro escotado de mangas
anchas que deja los hombros al descubierto. Nada en su atuendo denota su
condición real.
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