En el Museo Arqueológico Nacional se conservan unos fragmentos de dos retablos procedentes de la localidad oscense de Nueno. A uno corresponden las dos tablas centrales que representan al obispo San Martín de Tours y un Calvario con gran profusión de personajes alrededor de Cristo crucificado, ambas obras de Pedro de Zuera.
Al taller de Juan de la Abadía se atribuyen las tres calles de cada uno de los laterales y la predela, que corresponder. La mitad derecha está presidida por la imagen del Salvador, y las tablas de este lado representan episodios de su vida: la Anunciación, la Natividad, la Epifanía, la Huida a Egipto y la Transfiguración; todos ellos, excepto el último, forman parte de los Gozos y Dolores de la Virgen.
La mitad izquierda está dedicada
a San Andrés, con representación de episodios de su vida y martirio: la caza de
siete demonios transformados en perros en la ciudad de Nicea, la salvación de
un obispo de la tentación de una diablesa, el apóstol arrastrado por las calles
de Murgundia y cuarenta de sus discípulos salvados de ser ahogados.
La predela está dividida en dos
partes, en cada una de las cuales hay tres casas, habiéndose perdido la
central. En las conservadas aparecen santos sentados en el suelo ante un
pretil. En la izquierda aparecen Santa Lucía, Santa Filomena y un santo no
identificado. En la derecha otro santo no identificado, que podría ser San
Antón, Santa Bárbara y Santa Catalina de Alejandría.