Dentro de la exposición
permanente del Museo Diocesano de Barbastro podemos ver dos tablas, de autor
anónimo conocido como Maestro de Secastilla y datadas en el siglo XVI, que representan
sendos momentos de la infancia de Jesús: la Circuncisión y la Presentación en
el Templo.
La escena de la Circuncisión
tiene lugar en la zona sobreelevada del presbiterio en el interior de un
templo. Está protagonizada por el anciano Simeón revestido con una casulla y
tocado con mitra episcopal; la barba larga y cana denota su avanzada edad, ya
que según el Pseudo Mateo tenía en ese momento ciento doce años. En sus manos
sostiene al Niño desnudo sobre unos paños de color rojo que extiende sus manos
hacia su madre. Por las gotas de sangre que todavía derrama el Niño de la
herida y el cuchillo y la bandeja con el prepucio que hay sobre el altar en el
centro de la composición, se deduce que estamos en el momento posterior a la
ceremonia.
María es la tercera protagonista
principal de la escena. Se representa sonriendo y extendiendo los brazos para coger
a Jesús. La figura femenina a la izquierda de la Virgen representa a la
Profetisa Ana que asiste a la ceremonia desde un segundo plano. Como corresponde
a su condición de viuda, su cabeza va tocada. A la derecha de Simeón un hombre
joven señala al Niño con el índice de la mano izquierda extendido y se lleva la
mano derecha a la cabeza expresando su admiración. Podría tratarse de Joel, a
quien citan los apócrifos como un hombre sabio, misericordioso y temeroso del
Señor y que conocía a fondo las leyes divinas y a quien atribuyen el acto de la
circuncisión de Jesús.
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