Esta pintura, que actualmente
forma parte de la colección del Museo de Arte de Cataluña, era la tabla central
del antiguo retablo mayor de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los
Ángeles de la localidad zaragozana de Longares. El retablo fue contratado en
septiembre de 1391 por Francisco de Aguilón, rector de Longares, con Enrique de
Estencop, por la cantidad de 130 florines, aceptando el pintor entregarlo en
once meses.
Francisco de Aguilón se hizo
retratar en actitud orante a los pies de la Virgen en la tabla titular. Aguilón
fue un destacado servidor de la corte del arzobispo de Zaragoza Don Lope
Fernández de Luna, a la vez que persona muy próxima a Fray Martín de Alpartir,
comendador de la las encomiendas de la Orden del Santo Sepulcro de Nuevalos y
Torralba, a la par que tesorero del arzobispo.
El retablo ocupo la cabecera de
la iglesia hasta que en 1558 los regidores de la parroquia encargaron al
mazonero Domingo Tarin la realización de un gran retablo mayor más acorde con
las nuevas proporciones de la capilla mayor después de las ampliaciones que se
habían hecho en el templo. En 1561 el retablo cambió su advocación por la de
Santiago el Mayor, lo que conllevó la sustitución de la tabla titular y su
traslado a una de las capillas del lado del Evangelio. De allí pasaría, con
posterioridad a 1896, a su actual ubicación en la sacristía.
La tabla de Nuestra Señora de los
Ángeles permaneció en la iglesia, donde parece ser que en 1896 servía para
tapar una ventana sin luz sobre las sillas del coro, hasta que en 1921 fue
vendida al coleccionista barcelonés Matías Muntadas. En 1956 ingresó en el
Museo de Arte de Cataluña, donde es conocido como la “Madre de Dios del Lirio”.
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