Estas dos tablas formaban parte
del que fuera retablo mayor de la iglesia parroquial de la localidad oscense de
Montañana. Una persona de apellido Fontana las adquirió, donándolas en 1976 al
Museo de Arte de Cataluña. Se trata de dos pinturas sobre madera de 126 x 65
cm, que representan el Nacimiento de la Virgen
y la Natividad.
Se atribuyen al taller de Pedro
García de Benabarre, que estuvo activo en Barcelona hacia 1455, y en Barbastro
desde 1460, lo que las data con posterioridad a esta fecha.
A pesar de su apariencia
simplicista, hay que admirar la soltura con que se resuelve el marco espacial
donde se desenvuelve la escena del Nacimiento de la Virgen, la más interesante
de las dos tablas, dentro de la simplicidad que suponía la aplicación rígida de
la perspectiva formal. El pintor ha buscado también la variedad en los
distintos atuendos que llevan cada una de las mujeres, ofreciéndonos un
muestrario de soluciones y vestidos. Lo mismo es aplicable a los distintos
objetos que, en manos de las sirvientas, sirven para llevar la comida a Santa
Ana, constituida por tres huevos, un ave que podría ser una perdiz, y un plato
de sopa caliente, algo que se deduce por que la criada lo transporta en un
soportaplatos. Otra sirviente lleva una jarra de pico, pieza distinguida de la
vajilla de la época. Por último, un brasero con ruedas sirve a la criada para
calentar los pañales.
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