Tabla representando a la Virgen
de la Leche procedente de la Catedral de Albarracín, de la que habría pasado a
la iglesia de Santa María antes de ser adquirida por el coleccionista
barcelonés Luis Plandiura, y posteriormente por el Museo de Arte de Cataluña,
de cuya exposición permanente forma parte actualmente.
Presenta a la Virgen con el Niño
sentada en el suelo sobre un cojín, y rodeada por dos ángeles adorantes y cuatro
músicos que tocan un órgano portátil, una viola, un laúd y una guitarra
morisca. La música que interpretan representa la armonía y perfección celestes
y un modelo social caracterizado por la paz y el bienestar que debe imitarse en
la tierra.
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