Esta tabla, la última de las que
se conservan del retablo encargado por fray Martín de Alpartir para la Sala
Capitular del Monasterio del Santo Sepulcro de Zaragoza, estaba situada en el
piso inferior de la calle lateral derecha, debajo de la Dormición de María.
La iconografía está basada en los
evangelios apócrifos de la Pasión y Resurrección, aludiendo al testimonio de
los hijos de Simeón que afirman haber resucitado con Jesús y describen la
entrada gloriosa a los infiernos.
Siguiendo la tradición bizantina,
Serra representa el infierno en forma de boca del dragón Leviatán con las
fauces abiertas, tal y como se popularizó en el arte europeo occidental desde
el siglo XIV. Destaca el grupo de patriarcas y profetas que son salvados del
infierno por Cristo, que está acompañado de un grupo de ángeles. Los demonios
impiden su salida, mientras el Salvador da la mano a Adán y Eva; tras ellos
están Juan el Bautista, Abel, David y Salomón, todos ataviados con sencillas
túnicas y nimbos poligonales.
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