La tabla de la Dormición ocupaba
la calle central del retablo, bajo la Coronación de la Virgen. Esta
iconografía, aceptada desde antiguo por la Iglesia, recoge el relato
tradicional según el cual María habría muerto en la cama en su casa de
Jerusalén acompañada por los apóstoles para despedirse de ella.
Serra representa el tema según el
modelo que propone el arte bizantino difundido a través de mosaicos, marfiles y
miniaturas. La Virgen se muestra acostada en su lecho de muerte con los ojos
cerrados y las manos cruzadas; tras ella, un gran número de personajes
encabezados por la figura juvenil de Jesucristo que, escoltado por ángeles, se
aproxima a la cama para recoger el alma de su Madre en forma de niña vestida
con túnica blanca que sale de su boca.
Se observa una técnica muy
habitual que consiste en una preparación oscura y modelado de formas por la
superposición de claros que culminan con blanco puro en las carnaciones y ocre
claro en el pelo y velos, siendo una gama cromática que presenta muy pocas
variaciones.
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