Tres personajes, dos hombres y
una mujer de avanzada edad vestidos con harapos se disponen en torno a una
mesa. La monumentalidad de las figuras, sus miradas ausentes, la habitación
vacía, las tonalidades de ocres y grises dan un aire a la obra que la aleja de
una simple escena de género. Se trata de una pintura de protesta ante las
condiciones que sufrían algunas personas, una pintura de temática social que
floreció en el siglo XVIII con la Ilustración, y que pretendía encontrar una
lección moral constructiva. La obra fue un encargo del coleccionista y mariscal
Von Schulenburg, que se la llevó a su residencia de Berlín.