Óleo sobre tabla realizado en los talleres de Joos Van Cleve en la primera mitad del siglo XVI. Representa a Doña Leonor de Austria en retrato hasta la cintura, de tres cuartos a la izquierda. Visto un rico vestido con mangas acuchilladas bordadas con aljófar y lazos con pedrería en los hombros, corpiño de brocado rico de oro, con pedrería en el descote, gran collar de pedrería y piedras y perlas en joyeles entre el pelo. Posa con las manos cruzadas en las que porta una carta con las letras actualmente casi borradas. Todo el conjunto se superpone sobre un fondo gris verdoso matizado. (texto extraído del catálogo online del Museo Lázaro Galdiano, de cuya exposición permanente forma parte)
jueves, 13 de agosto de 2020
lunes, 15 de junio de 2020
Retrato femenino (Giandomenico Tiepolo)
Óleo sobre lienzo atribuido a Giandomenico Tiepolo, que representa a una dama veneciana retratada de frente con justillo de brocado y velo amarillento sobre la cabeza. (texto extraído del catálogo online del Museo Lázaro Galdiano, de cuya exposición permanente forma parte)
lunes, 1 de junio de 2020
Clotilde sentada en un sofá (Joaquín Sorolla)
Frecuente motivo de inspiración para Joaquín Sorolla, algunos de los retratos de su mujer, Clotilde García del Catillo, constituyen obras fundamentales en el contexto de su producción pictórica. La imagen que de ella transmiten es variada, marcada siempre por el afecto y la admiración mutua que los unía. En unos casos aparece como mujer hacendosa, ocupada en labores de costura en escenas que iconográficamente se remontan al Barroco recordándonos obras de Velázquez o Vermeer. En otras plasma su instinto maternal en escenas en las que parece atender con mimo a sus hijos o les acompaña simplemente mientras resuelven sus tareas escolares. Imagen complementaria es la de Clotilde leyendo, mostrando la inquietud intelectual que en la representación femenina se multiplica en esta época.
No podía faltar en este repertorio iconográfico esta otra imagen, plenamente inscrita en el retrato burgués de la época. Ante el espectador se presenta una mujer refinada, fiel reflejo del status social alcanzado y, por extensión, espejo del éxito artístico de su marido. Clotilde viste un exquisito traje blanco y delicados zapatos de raso, pero aparece con un libro en el regazo, como interrumpida por el pintor en un momento de lectura. Sin duda Sorolla tiene presente en esta obra, el más elegante de sus retratos, los retratos de alta sociedad de John Singer Sargent, que conocía bien ya en esta fecha: retratos en que los modelos, vestidos de gran gala, a menudo aparentan no posar, sino simplemente estar. El retrato de Clotilde, participando de ese doble juego, sin embargo, carece por completo de afectación y resulta de una absoluta naturalidad. Seguramente el punto de vista elevado sea en este caso un recurso compositivo meditado, quizás así pensado por su ubicación en el salón de la Casa Sorolla para ser contemplado desde la meseta superior de la escalera principal. (texto extraído del catálogo online del Museo Sorolla, de cuya exposición permanente forma parte)