sábado, 28 de julio de 2018

La era o El Verano (Francisco de Goya y Lucientes)

Este cuadro es un boceto preparatorio para una de las composiciones pintadas como cartones para tejer en ellos los tapices que habían de decorar el comedor de los príncipes (futuros Carlos IV y María Luisa) en el Palacio del Prado. Goya trabajaba en ellos en septiembre de 1786, y según las órdenes recibidas, habían de representar "jocosos y agradables". Los bocetos fueron mostrados a Carlos III, en mayo de 1787 y los cartones -hoy en el Prado- llegaron a pintarse, pero la muerte del rey al año siguiente impidió que los tapices se colgasen para donde fueron pintados.
Goya eligió, o le encargaron, el tema de las cuatro estaciones como asunto principal. El "Verano" lo encarnó en esta escena llena de verdad y de directa inmersión en la naturaleza, observada con emoción sincera e incluso con algo de irónica intención al contraponer el esfuerzo y el cansancio con la impasible mole del castillo símbolo, quizás, de la autoridad inmutable, desafiando al tiempo. El boceto de La Era tiene una composición panorámica, compuesta por tres grupos, que recoge las diferentes actitudes de un alegre grupo de campesinos en un momento de descanso de la trilla. El de la izquierda, con un gran castillo al fondo, único punto de fuga de la pintura está formado por cuatro hombres que se burlan de un campesino, recostado sobre haces de trigo, al que parece dar de beber. Esta figura, motivo de burla, es el eje de la composición y, para ello Goya le ha provisto de una luminosa camisa blanca. Detrás de ella, varios niños juegan sobre un carro repleto de espigas mientras que un caballo bayo come tranquilamente. A la derecha, destacándose sobre un gran montón de haces, un corpulento campesino, próximo a una hermosa yegua blanca, descansa ajeno al alboroto de un padre jugando con su hijo, mientras otro campesino esparce el trigo para la trilla. La unión de los diferentes grupos se realiza a través de dos figuras femeninas. Una levanta los brazos asustada por el peligro que corren los niños de caerse del carro, mientras que la otra da de comer a su hijo.  (texto extraído del catálogo en línea del Museo Lázaro Galdiano, donde se expone el cuadro)



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