Este cuadro pertenece, al igual
que los anteriores, a la serie dedicada a juegos infantiles que Goya pinta
entre 1777 y 1785, y de los que existen varias repeticiones. De éste en
concreto se conoce dos, una propiedad de la Fundación Dr. Ignacio Tarazona
Blanch que se expone en el Museo de Bellas Artes de Valencia, y la que aquí se
muestra, que forma parte de la colección Santamarca. En este óleo un grupo de
once muchachos se divierte de diferentes formas. Por un lado, tres están
subidos a un balancín, uno de ellos vestido con hábito franciscano. Otros
cuatro se pelean, dos a dos, en el centro de la composición, y a la izquierda
dos niños, vestidos de colegiales, hablan entre sí mientras contemplan las
escenas anteriores. En segundo término, otros dos miran a un mono encadenado
que está sentado sobre un muro y que observa también el desarrollo de estas
actividades. Todo ello se enmarca sobre un fondo en el que se distinguen ruinas
entre una bruma sombría que, en la parte central de la composición, se torna
más luminosa, tal vez con la intención de destacar el protagonismo de los niños.
(texto basado en el que figura en el
catálogo on-line de la Fundación Goya en Aragón).
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