Las imágenes de esta espléndida talla de finales del siglo XVII representando al Ecce Homo y atribuida a la Escuela Castellana me sirve para hacer una pequeña reflexión sobre la despoblación que han sufrido, y todavía sufren, nuestros pueblos, en este caso de la provincia de Guadalajara y la conservación de su patrimonio mueble. La escultura proviene de Villacadima, pequeño núcleo despoblado de la Sierra de Pela, cerca ya del límite provincial con Segovia y actualmente está depositado y se puede contemplar en el Museo Diocesano de Arte Antiguo de Sigüenza. Tal vez a muchos de los vecinos de estos pueblecitos que deshabitados fuera de la época estival y vacacional, o con un número de vecinos fijos que en muchos casos no llegan a la decena no les guste ver como las imágenes que desde siempre han presidido los altares de sus iglesias y ermitas se trasladan a centros museísticos. A pesar de ello, quizás habría que considerar el disponer de un espacio adecuado en las cabeceras comarcales para depositar este tipo de bienes, y que quede bien claro que digo depositar, que podrían regresar a sus ubicaciones originales en las fechas de sus festividades o durante los períodos vacacionales. ¿Sería ésta una forma de evitar robos y expolios y de que pudiesen ser contempladas y estudiadas por aquellos que así lo deseen?- El miedo a perderlos hace que en muchos casos espléndidas obras de arte permanezcan desconocidas en templos a los que la mayoría de las veces el visitante no puede acceder debido al excesivo recelo de los escasos vecinos del lugar.
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