El conocido como Frontal del Altar de los Arcángeles es obra románica realizada entre 1220 y 1250. Procedente de la colección Plandiura, en el Museo de Arte de Cataluña se cataloga erróneamente como otra relacionada con el conjunto mural de Sant Pau de Casserres y, en parte, con el altar de Lluçà, y proveniente de una iglesia de Cataluña, cuando en realidad su ubicación original era la iglesia de San Miguel de la localidad navarra de Eguillor, en el valle de Olla.
Tanto su composición como la iconografía que aparece en el mismo son bastante inusuales en este tipo de obras. Representa en cuatro viñetas rectangulares, a manera de un cómic, escenas relacionadas con la historia de los arcángeles Miguel y Rafael. Los ángeles ocupan un lugar importante en la iconografía del románico como intermediarios entre Dios y el hombre, y como agentes y ejecutores de la voluntad divina. Los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, que aparecen en esta tabla de altar, se sitúan el lugar más alto en la jerarquía angélica. San Miguel es el jefe del ejército celestial, San Gabriel el mensajero de Dios y San Rafael el protector de los viajeros y el sanador enviado por Dios para curar las enfermedades. Es habitual el protagonismo del primero, o en lucha con el diablo, simbolizado por el dragón, o en la escena del pesaje del alma (Psicostasis) con el gesto tramposo del demonio que intenta desequilibrar la balanza.
Comenzando por la parte superior izquierda, en la primera escena aparecen San Miguel y San Gabriel, convenientemente identificados por inscripciones, llevando el alma de un difunto hacia el cielo.
A la derecha de la anterior se muestra a San Miguel derrotando a un dragón, que en los bestiarios medievales era identificado como símbolo del mal.
La escena inferior izquierda es la conocida como psicostasis, y representa a San Miguel en el acto de pesar el alma de un difunto el día del juicio final con el fin de valorar sus buenas o malas acciones; le acompaña la figura de un demonio negro tratando de descompensar la balanza, con la intención de condenar al difunto por sus malas acciones.
Por último, abajo a la derecha, se representa al milagro del Monte Gargano: un rico campesino había perdido una res muy valiosa y salió al monte a buscarla acompañado de varios ayudantes y del obispo de Siponto; cuando la encontraron, dentro de una caverna, uno de los ayudantes lanzó una flecha para despertar a la res, pero sorprendentemente la flecha se volvió en su contra e hirió al arquero; entonces San Miguel se apareció al obispo y le indicó que estaba protegiendo ese lugar donde debía de construirse una iglesia dedicada a todos los ángeles, iglesia que a partir de entonces se convirtió en centro de peregrinación durante toda la Edad Media.
ESTUPENDO
ResponderEliminarJMGMAESTRO
Estupenda tu publicación Jose Antonio y gracias por compartirla en nuestro grupo de Facebook
ResponderEliminarÉste frontal procede de la iglesia de San Miguel, del pueblo de Eguíllor, valle de Ollo, Navarra.
ResponderEliminarSorprendida al leer que el "Frontal de los Arcángeles", como lo denominan ahora, proviene de una iglesia en Cataluña. El frontal de Eguillor, que es como se le conoce en el ámbito del arte, proviene como han comentado antes del pueblo de Eguillor en Navarra.
ResponderEliminarEl Museo Nacional de Arte de Cataluña omite o falsea su procedencia.
Ya figura en la entrada la corrección del lugar de procedencia del frontal de altar.
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