Este retrato de su nieta lo pintó
Federico en 1878, cuando la niña contaba trece años de edad. Destaca en la
obra, además de la dulce expresión de la retratada, la luminosidad de las
carnaciones y de las diferentes texturas y transparencias del traje blanco de primera
comunión. Pintado en una sola sesión, es un perfecto ejemplo de la maestría y
rapidez del pintor en la captura de la expresividad de sus modelos. En el
lateral derecho firma con la siguiente dedicatoria “A su qda nieta / María Teresa /
el día de su primª / comunión / 11 de mayo de 1878 / F. de Mº”
No hay comentarios:
Publicar un comentario