domingo, 12 de noviembre de 2017

Aquelarre (Francisco de Goya)


El Aquelarre forma parte de una serie de obras que la Duquesa de Osuna compró para su palacio de el Capricho en las afueras de Madrid, pintadas por Goya en 1798. La escena tiene como figura central a un macho cabrío negro, representación del demonio, coronado de hojas de vid presidiendo una reunión de brujas que le ofrecen niños. Se desarrolla de noche, a la luz de la luna, con un grupo de murciélagos rodeando al demonio. Posiblemente se trate de una alusión a la vieja creencia de que los niños son el bien más preciado por Satanás, por lo que las brujas los robaban para ofrecérselos. Estas historias que se contaban en tabernas y mentideros eran negadas e intentadas desmentir por los ilustrados para eliminar la superstición del pueblo. Tal vez Goya, como ilustrado que era, intenta hacer en este cuadro una crítica a esos aquelarres, muy en consonancia con las imágenes que aparecen en los Caprichos. Toda la serie está realizada con trazos muy sueltos de pincel, resaltando la expresividad y los ambientes. La luz irreal dota de mayor dramatismo a la composición.

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