miércoles, 29 de noviembre de 2017

Calvario bretón, el Cristo verde (Paul Gauguin)


Durante su estancia en Bretaña Gauguin se sintió atraído, entre otras cuestiones, por la profunda religiosidad de sus habitantes. Esto haría que la temática religiosa sea la protagonista de una parte de sus obras, una de ellas ésta denominada Calvario bretón, el Cristo verde. Para realizarla se inspiró en un calvario de piedra recubierto de musgo que encontró en Nizon, cerca de Pont-Avent. Como en otras ocasiones, vuelve a colocar su rostro en la figura de Cristo para simbolizar su sufrimiento, ya que Gauguin pensaba que el artista debía sufrir en su proceso creativo. Junto al calvario, completan la escena una campesina bretona en primer plano, y una figura que regresa de la playa al fondo. El pintor lleva a cabo en esta escena un importante proceso de sintetismo, eliminando elementos superfluos hasta quedarse con la imagen que transmita algo al espectador, para que su pintura tenga un sentido expresivo e intelectual, alejándose del goce puramente estético del Impresionismo.

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