En la capilla de San Juan
Bautista de la Catedral de Pamplona podemos admirar el que está considerado
como el mejor Cristo de Navarra, y uno de los mejores de España, realizado por
Juan de Ancheta hacia 1577. En la talla destaca tanto la perfección anatómica,
junto con los moratones que acentúan el realismo del castigo infringido, como
la serenidad de la cara del Crucificado tras su muerte, de tal manera que
parece representar el rostro del que ha vencido a la muerte. Como detalles a
destacar, los pies de Cristo, donde se representa el dedo gordo separado del resto,
algo propio de la reacción muscular ante la perforación del clavo y su afectación
a los tendones. Por otro lado, el mechón de pelo que cae hacia adelante fuera
de la corona de espinas, algo que resalta la singularidad de este Cristo sobre
los demás. Una leyenda popular dice que cuando el mechón de pelo le llegue al
pecho, se acabara el mundo.
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