En esta obra, van Hove nos
presenta a la Virgen sentada con el niño Jesús en su regazo sobre el fondo del
paisaje de un pueblo. A la derecha hay tres lirios blancos, símbolo de la virginidad
de María, mientras que en la esquina inferior izquierda una rosa descansa sobre
un libro, tal vez un ejemplar de la Biblia. Es posible que la flor quiera
representar la pasión que Jesús tendrá que sufrir al final de su vida. El
pintor presenta su Maer Purissima en un entorno conocido, ya que las dos columnas
de la izquierda se pueden identificar con las del hall de la entrada de su casa
en Amberes. Se completa la escena con un ángel en la parte izquierda que está
metiendo un lirio blanco en un florero de color azul. (texto basado en el
que figura en el catálogo en línea del Gruuthusemuseum de Brujas, de cuya
exposición permanente forma parte)
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