En esta obra de la primera mitad
del siglo XVI, Bernard Van Orley representa algunos de los episodios de la vida
de San Roque. Dispuestos en diagonal, en la parte inferior aparece repartiendo
las propiedades que heredó de sus padres entre los pobres y se prepara para
dirigirse a Italia. A la izquierda del espectador, un sirviente tiene
preparados el abrigo, el bastón y el sombrero de peregrino. En el centro del
cuadro, a la derecha, San Roque es recibido y bendecido por el Papa, para
continuar después con su peregrinación. En la parte superior se representa al Santo
en su retiro tras contraer la peste, donde es alimentado por el perro del rico
Gothard Palastrelli, quien le visita por curiosidad y renuncia a sus riquezas. Por
último, en lo más alto de la pintura aparece en prisión, cuando tras su regreso
a su ciudad natal, Montpellier, es encarcelado por su tío. (texto basado en el
que figura en el catálogo en línea del Gruuthusemuseum de Brujas, de cuya
exposición permanente forma parte)
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