Los abencerrajes, cuyo nombre
originario era los BanaSarray, fueron una de las familias más relevantes de la
política granadina que jugaron un importante papel a lo largo del siglo XV,
participando sus miembros en las diversas revueltas socio-políticas que
tuvieron lugar en la Granada nazarí.
Fortuny recrea en este lienzo la
leyenda según la cual Boabdil ordenó el asesinato de los principales miembros
del clan para evitar así las intrigas políticas y fortalecer la corona. Llamó a
todos sus rivales a un salón contiguo al Patio de los Leones de la Alhambra y
allí los asesinó; desde ese momento ese salón recibe el nombre de los
Abencerrajes. Aunque la obra está inconclusa (se aprecia claramente el
abocetamiento reinante en la composición) el decorativismo de la estancia donde
se llevo a cabo la matanza es digno de elogio, mostrando todos los ornamentos
que caracterizan al palacio nazarí con sus variados colores de gran riqueza
decorativa. Las figuras están someramente elaboradas aunque podemos dar cuenta
de la crueldad del ejecutor que apoyado en la pared dirige su mirada a un grupo
de nobles que se arrodilla a la entrada de la sala. La luz tiene un importante
papel en esta composición al resaltar los brillos del alicatado e inundar con
toda su fuerza la zona central del espacio, creándose un acertado contraste
lumínico.
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