Esta pintura mural se considera
como un arrepentimiento del artista que decoró el ábside de la ermita de San
Juan Bautista de Ruesta, ya que se encontró bajo el rostro del Pantocrátor que
preside la bóveda en el proceso de arranque de las pinturas murales para su
traslado al Museo Diocesano de Jaca, donde actualmente se exponen. Obra del
siglo XII, representa una cabeza masculina con largo cuello. En el rostro se
aprecian unas gruesas cejas, ojos almendrados de gran tamaño y color negro,
nariz recta, boca cerrada y barba, aunque esta zona inferior se conserva
incompleta. Se completa con dos toques rosados bajo los ojos, a ambos lados de
la nariz. (texto basado en el que figura en el catálogo online del Museo
Diocesano de Jaca)
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