Este retrato que Madrazo pinta en Roma entre 1812 y 1813 está considerado como una de sus obras maestras y de la pintura neoclásica española. Conocido como retrato de la princesa Carini, en realidad es la efigie de medio cuerpo de la “marquesa de la Grúa, doña Carola la Grúa Talamanca, marquesa de Branciforte y Grande de España de primera clase desde 1812, hermana de Manuel Godoy y del marqués de Blanciforte.
La marquesa está representada de medio cuerpo y sentada, con un vistoso vestido de estilo imperio en terciopelo verde de talle alto y amplio escote, con mangas anchas de gasa blanca. Luce un gracioso corte de tirabuzones y rizos, y en la mano derecha sostiene con cierto desdén un abanico plegado, mientras que el brazo izquierdo está apoyado en un chal carmesí de colorida cenefa, tan a la moda en aquellos años, extendido sobre el brazo del sofá. No luce joyas, ni insignias, pero esta sencillez redunda en la pureza compositiva del cuadro, que ha sido relacionado con los mejores retratos de David, su maestro en París, y de su amigo Ingres. Las concomitancias con el retrato neoclásico francés se manifiestan en la pose rotunda, casi piramidal, y actitud desenvuelta a un tiempo, así como en la honda penetración psicológica y en el concepto lineal de la pintura.
La retratada es Antonia Godoy y Álvarez de Faria, hermana del príncipe de la Paz y esposa de Manuel de La Grua y Talamanca, primer marqués de Branciforte, grande de España, caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro, comandante general de las islas Canarias (1784-1789) y después virrey de México. Director de esta entidad, elegido por aclamación el 2 de septiembre de 1785. Siciliano y cuñado de Manuel de Godoy, príncipe de la Paz. «El marqués de Branciforte, educado en la escuela de los hombres notables que ilustraron el reinado de Carlos III, era el verdadero tipo de gran señor, del caballero —dejó escrito José Desiré Dugour—; urbano siempre y obsequioso, al par que valiente militar y entendido administrador, y empezó a señalar su advenimiento a la comandancia con obras notables». (E. Roméu Palazuelos, «Manuel de la Grua y Talamanca», Quinto Centenario del Descubrimiento (1492-1992). Homenajes a socios destacados en América, Real Sociedad Económica, San Cristóbal de La Laguna, 1994. – E. de la Parra. Manuel Godoy. La Aventura del poder, Barcelona, 2002)
ResponderEliminarDon Manuel de La Grua y Talamanca, primer marqués de Branciforte, grande de España, caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro, comandante general de las islas Canarias (1784-1789) y después virrey de México. Director de La Real Sociedad Económica de Tenerife, elegido por aclamación el 2 de septiembre de 1785. Siciliano y cuñado de Manuel de Godoy, príncipe de la Paz. «El marqués de Branciforte, educado en la escuela de los hombres notables que ilustraron el reinado de Carlos III, era el verdadero tipo de gran señor, del caballero —dejó escrito José Desiré Dugour—; urbano siempre y obsequioso, al par que valiente militar y entendido administrador, y empezó a señalar su advenimiento a la comandancia con obras notables». (E. Roméu Palazuelos, «Manuel de la Grua y Talamanca», Quinto Centenario del Descubrimiento (1492-1992). Homenajes a socios destacados en América, Real Sociedad Económica, San Cristóbal de La Laguna, 1994. – E. de la Parra. Manuel Godoy. La Aventura del poder, Barcelona, 2002)
ResponderEliminarMagnífico retrato e interesante información. A.T.P.
ResponderEliminarManuel de la Grua de Talamanca, marqués de Branciforte fue virrey de Nueva España [México] entre 1794 y 1798, años difíciles en los mantuvo el orden establecido y la integridad territorial del virreinato. Tras los sucesos de 1808, por la parcialidad política y el exasperado patriotismo se enjuició maliciosamente su mandato y fue blanco de duras críticas, en ocasiones ridículas, no en vano su esposa era hermana de Godoy.
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