Esta obra, que forma parte de la
colección del Museo de Bellas Artes de Lille, es una copia que Pieter Brueghel
el Joven hace del cuadro que con el mismo título pintó su padre Pieter Brueghel
el Viejo en 1566, y que se expone en el Museo de Bellas Artes de Budapest.
Como en el original, la escena muestra
un episodio de los relatos bíblicos en los que San Juan Bautista, como
precursor de Jesucristo está pregonando la figura del Mesías. Hay que entender
el cuadro dentro del contexto político, histórico y religioso que a mediados
del siglo XVI se vive en los Países Bajos, donde la Reforma de Lutero y el Protestantismo
están tomando fuerza. Por ello la escena puede visualizarse como la
representación de uno de los muchos sermones que por entonces se veían en las
calles de Flandes, donde muchos predicadores seguidores de las ideas de Lutero
se apostaban en las afueras de las ciudades congregando a sus fieles y seguidores,
ya que era la única manera de burlar a las muy católicas autoridades españolas que
gobernaban el territorio bajo el reinado de Felipe II.
Bajo este punto de vista se entiende
como Brueghel, a la hora de pintar la escena, no se fija tanto en el hecho religioso,
en el que vemos como el Bautista señala a Jesús, como en la representación de
sus conciudadanos, algo muy común a la mayoría de sus obras. De este modo,
presenta a una muchedumbre atendiendo al sermón, y allí con todo lujo de
detalles, lo cual también es muy habitual en la pintura costumbrista flamenca, se
identifican a miembros de todos los estratos sociales, e incluso se ven a
algunas figuras con turbante, es decir, personas llegadas de lejos y de otras
culturas, lo cual no es gratuito por parte de Brueghel, ya que con ello pretende
plasmar la universalidad del mensaje, que llega a todas las personas,
independientemente de su condición social o de su procedencia.
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