De las obras que se conservan en el Museo de Guadalajara, quizás dos de las más importantes y conocidas sean los grupos escultóricos de Luisa Roldán “LaRoldana”, titulados “Los primeros pasos de Jesús” y “La Virgen niña con San Joaquín y Santa Ana”, ambos provenientes del Monasterio de Sopetrán en Hita. Los dos fueron regalados al cenobio por Felipe V en agradecimiento por su victoria en la batalla de Villaviciosa. Ya en el siglo XIX, con motivo de la Desamortización, pasaron a la iglesia de Santa María de esa localidad.
Luisa Roldán fue hija del prestigioso escultor sevillano Pedro Roldán, y ostenta el honor de ser la única mujer, en el arte español, a la que se le otorgó el reconocimiento de escultora de cámara de Su Majestad, dignidad que le concedió, tanto Carlos II como su sucesor Felipe V. Las dos obras que nos ocupan en este post y en el siguiente son un claro exponente de su producción artística en su etapa en la Corte madrileña, entre 1692 y 1706, cuando comienza a realizar pequeños grupos escultóricos de barro cocido y policromado sobre la infancia de la Virgen y el Niño Jesús, en un intento de humanizar estos personajes divinos y exaltar la maternidad de María.
“Los primeros pasos de Jesús” está compuesta por cinco personajes y muestra a San José, sentado sobre un humilde banco, que alude a su oficio de carpintero, en actitud de recibir al Niño que da unos pasos sostenido por un paño que sujeta la Virgen, sentada en un asiento más noble, con dos ángeles arrodillados al fondo en actitud contemplativa, cerrando el conjunto.
Los personajes, que muestran los ojos rasgados o achinados característicos de La Roldana, configuran una escena llena de ternura en la que se puede destacar el protagonismo que se otorga a San José, a diferencia de una buena parte de las representaciones habituales, en las que aparece prácticamente como un espectador. Aquí la autora le representa con mayor edad que la Virgen, a la que muestra como una joven madre, muy similar a otras modeladas por La Roldana, tanto en sus rasgos, el cabello recogido y peinado con la raya al centro, como en su expresión serena y alegre.
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