Entre las obras muebles del que fuera importante monasterio benedictino de San Pedro de Ager en la comarca catalana de la Noguera destaca el retablo de Santa María que se ubicaba en la cripta de la Colegiata, obra del llamado “Maestro de Albesa”. De estilo gótico, siglo XIV, se le considera como el más importante de uno de los dos grupos de la llamada Escuela de Lérida. A diferencia de los retablos leridanos, los atribuidos a este “Maestro de Albesa” dan más importancia en su ejecución a la estructura que a las figuras.
El retablo lo componen ocho escenas de la Virgen y Jesús, en dos grupos de cuatro separados por columnas con figuras. Durante la guerra civil sufrió importantes desperfectos (se rompieron cabezas, manos, etc.). Además desaparecieron las figuras centrales que representaban a la Virgen y al Niño. Quedan como recuerdo fotografías tomadas antes de estos hechos que nos permiten ver como era el retablo en origen. Las dos escenas que acompaño c se pueden contemplar en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y representan la Natividad y la Presentación de Jesús en el Templo.
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