Composición de pequeño tamaño
(32,5 x 42,5 cm,) pero sumamente explícita y minuciosamente pintada que
representa el estudio de un pintor decimonónico. En primer término, y posando
para el autor, Raimundo ha retratado a un personaje cómodamente sentado, y
frente a él a un modelo masculino de pie con el atuendo de un caballero de la
Orden de Calatrava, con túnica, casco cónico y espada en la mano. A través de
la puerta abierta el espectador puede contemplar una estancia muy iluminada con
luz central en la que un hombre está absorto con los papeles extendidos sobre
la mesa. Al fondo, dos figuras femeninas conversan ajenas al resto de la
escena.
Los cuadros que aparecen podrían
ser obras propiedad de José de Madrazo, abuelo de Raimundo, que poseía una
importante colección de pintura. Es posible que en el óleo se represente el
taller de José, y así el retratado en primer lugar sería Luís de Madrazo, y con
el modelo vestido de caballero de Calatrava el pintor quiera aludir al trabajo
que realizaban ambos para la iglesia madrileña del antiguo monasterio Real de
la Concepción, más conocido como las Comendadoras de Calatrava.. Las niñas
serían Isabel y Cecilia, hermanas de Raimundo. Siguiendo con esta
argumentación, el personaje apoyado en la mesa lo podríamos identificar con
Juan de Madrazo, que estaba trabajando por aquél entonces, hacia 1856-1858, en
la remodelación de la fachada de la citada iglesia calatrava.
Raimundo muestra en este cuadro
su mano privilegiada para el dibujo y para la captación volumétrica y espacial.
Es una obra de relieve de un joven de 17 años que denota, además de su
preparación para el oficio, un novedoso concepto pictórico dentro del entorno
familiar.
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