El frontal de altar de la iglesia
de Santa María de Mosoll está considerado como una de las piezas más
importantes del fondo del Museo de Arte de Cataluña, tanto por el amplio
repertorio que ofrece como por la gran vistosidad de los colores con que fue
pintado.
Pintado al temple, se divide en
cuatro parte mediante una franjas en cruz ornamentadas con relieve de estuco,
al igual que las decoración del marco y de las arcuaciones que forman un triple
pórtico en cada compartimento.
En los tres primeros aparecen los
Reyes a caballo guiados por la estrella. Sigue la Virgen entronizada con el
Niño sobre su rodilla izquierda. A su lado, San José sentado en un escabel y
apoyado en su bastón, completan la Epifanía. En el último arco podemos ver la escena de la Visitación.
En el pórtico de la zona
inferior, dentro de cada arco, el Ángel y la Virgen en la Anunciación y San
José que más bien parece formar parte de la siguiente escena de la Presentación en el Templo, con la Virgen mostrando al Niño
al viejo Simeón. En último lugar un grupo de personajes formado por Jesús y tres figuras nimbadas en el momento de
la Dormición de la Virgen.
La iglesia de Santa María de
Mosoll fue reconstruida tras su saqueo e incendio en 1198 por parte de las tropas
cátaras de Raimundo Roger I, conde de Foix y el vizconde de Castellbó. El frontal, al igual que la decoración del templo de la que se conservan
restos en el ábside, sería pintado con posterioridad, en el primer tercio del
siglo XIII.
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