En el Museo del Cincuentenario de
Bruselas se expone una tabla gótica, con la única reseña de que procede de
España, dedicada a San Pedro. La tabla llegó al entonces Museo Real en 1887 a
través de L. de Farcy que la había adquirido a un anticuario después de haber
pasado por varias manos.
Aunque no se ha podido precisar
con exactitud donde estuvo ubicada en origen, si que se sabe que procede de los
territorios de la Corona de Aragón. Por sus aspectos formales la tabla se
encuadra dentro del gótico lineal de tradición inglesa y se data en el primer
tercio del siglo XIV, concretamente hacia 1328 o poco después. Se trata de una
composición rectangular compuesta de un compartimiento central flanqueado por
cuatro escenas a cada lado distribuidas en dos registros superpuestos. María
Melero-Moneo, que la ha estudiado en profundidad, dice de su iconografía que se
trata de un interesante y complejo programa propagandístico en defensa del
papado de Avignon.
La tabla está rodeada por un
marco en el que se conjugan estilizados elementos decorativos de tipo vegetal
con escudos heráldicos con el señal de los reyes de la Corona de Aragón. Cada
una de las escenas se rodea a su vez de un marco arquitectónico de carácter
decorativo con una inscripción en latín en la parte superior que identifica el
tema tratado, y un fondo plateado, surcado de incisiones en forma de hojas y
flores.
Las escenas se leen de izquierda
a derecha del espectador, completando primero el registro superior antes de
pasar al inferior, y todos los compartimientos laterales antes que el central,
que en cierto modo viene a ser una conclusión y síntesis del programa
iconográfico. Esta tabla central presenta una efigie de San Pedro como obispo
de Roma, o lo que es lo mismo, como primer pontífice romano.
En la primera escena se
representa la discusión de San Pedro y Simón el Mago ante Tito en la que
aparecen en primer plano las figuras de San Pedro y Tito entronizado; en un
segundo plano lo hace Simón el Mago situado detrás del trono de Tito; finalmente,
en el fondo se sitúa un soldado de la guardia de Tito.
En segundo lugar, la aparición de
Cristo a San Pedro en Roma. En esta escena la composición está focalizada por
la cabeza de Jesucristo que aparece en el ángulo superior derecho y se dirige
hacia abajo, donde se contrapone a la figura de San Pedro, semiarrodillado y
dirigido hacia arriba.
A continuación, la consagración
de San Clemente como sucesor de San Pedro en la cátedra romana, sencilla
composición con dos figuras de perfil oponiéndose a ambos lados de un eje
central de simetría, lo cual implica también simplicidad espacial, aunque en
este caso hay cierta ambigüedad motivada por la arquitectura del fondo, que en
su parte baja puede integrar un interior como requiere el tema de la escena, pero
que en la parte alta alude indirectamente a un espacio exterior por el
campanario de una iglesia que allí aparece.
El último registro de la parte
superior representa la llegada de San Pablo a Roma y el encuentro con San
Pedro. Se mantiene en esta escena el
esquema simétrico y simple, además de la clara desproporción de las figuras
respecto al fondo arquitectónico, a pesar de haberse modificado éste ampliando
la arquitectura de forma un tanto forzada de manera que no hay un trazado claro
del espacio arquitectónico, ya que el arco que nace en la columna del edificio
del fondo no puede continuar con el arco trazado sobre la figura de San Pedro.
Tampoco se terminó correctamente el perfil de la figura de San Pablo, que queda
algo ambigua, puesto que la parte superior del cuerpo tiene disposición
frontal, mientras que la cabeza y mitad inferior del cuerpo están colocados de
perfil.
En el quinto registro, primero de
la parte inferior, se representa la escena de la falsa decapitación de Simón el
Mago. Aquí los personajes abarrotan el campo compositivo, determinando una
cierta asfixia espacial y la ausencia de un campo real en el que estos
personajes puedan moverse. De alguna manera sigue el esquema de la primera
escena en algunos aspectos, como la postura de Nerón entronizado o el soldado
de su guardia. Para conseguir sensación de profundidad se han colocado algunos
personajes más elevados que otros, como el verdugo que se dispone a cortar la
cabeza de Simón el Mago, colocado detrás de la figura de éste y más alto que el
resto para situarlo en un plano más profundo.
En la sexta escena aparecen San
Pedro y San Pablo desenmascaran a Simón el Mago ante Nerón. Aquí sí que se
puede decir que se ha copiado el modelo del primer registro, aunque adolece, al
igual que aquél, de un espacio real de carácter naturalista.
En la escena de la crucifixión de
San Pedro hay un esquema piramidal con un claro componente simétrico, resuelto
sin problemas y en el que se dispusieron dos planos: el primero con San Pedro y
los dos verdugos que sujetan sus manos a la cruz, y el segundo con los dos
verdugos que sujetan los pies a la zona alta de aquélla.
La última escena o entierro de
San Pedro es una de las más complejas e cuanto al esquema compositivo. El
primer plano está integrado por el féretro con el cuerpo muerto del Apóstol y
sendos personajes situados a la cabeza y pies del difundo. En el segundo plano
se disponen el oficiante de los funerales y los dos acólitos que le ayudan en
la liturgia y que llevan la cruz y el cirio.
Los textos de este post se han
extraído del trabajo de Marisa Melero-Moneo “La tabla de San Pedro del Museo
Real de Bruselas. Nuevas aportaciones al estudio de la pintura del gótico
lineal catalano-aragonés”, disponible en Internet para su lectura o descarga en
pdf: http://ddd.uab.cat/pub/locus/11359722n3p25.pdf