Alejo de Vahía fue un escultor de
probable origen nórdico, que se estableció en España donde desarrolló su
actividad escultórica en un período de tiempo impreciso, comprendido entre 1475
y 1515. Se desconoce su fecha de nacimiento aunque se sabe que falleció en este
último año o previamente, deducción que hace Oliva Herrer a partir del censo de
Becerril de Campos, donde se había establecido, en el que aparece ese año su
mujer como viuda.
No firmaba sus obras y su
personalidad se ha reconstruido gracias a su estilo personal muy definido. Se
trata del escultor con mayor obra conocida entre todos los que trabajaron en
Castilla a finales del siglo XV. La constante repetición de esquemas y modelos
hace muy difícil establecer una evolución estilística en su carrera, aunque por
otra parte, hace sencillo el reconocimiento de sus obras.
Realizó parte de su obra en
piedra, como el sepulcro de Leonor de Castilla en Calabanzos o los de los Núñez
de la Serna en la iglesia de Santiago de Valladolid. Sin embargo, el mayor
número de sus trabajos lo componen imágenes devocionales, entre las que
destacan la María Magdalena del retablo de la catedral de Palencia, el púlpito
de la colegiata de Ampudia, los Doctores de la Iglesia del Museo Diocesano de
Valladolid y una extensa serie de Vírgenes con el Niño. Una de estas tallas en madera es este San
Onofre que se conserva en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid.