Esta obra es una copia que
Provoost hace de la que había pintado unos años antes para la Cámara del
Consejo del Ayuntamiento de Brujas, y que se colocó en la misma como recuerdo
al magistrado de su deber de impartir justicia. La diferencia estriba en que,
en el original de 1550, intervino también Pieter Porbous que realizó la escena
del infierno, y que Provoost adaptó a su estilo en la copia. El cuadro permaneció
en el lugar hasta que fue retirado en 1956, cuatrocientos años después.
Un rayo dorado, apenas
perceptible, conecta el ojo derecho de Cristo con los elegidos que van a entrar
en el paraíso, mientras que en la mano izquierda porta la tradicional espada
del juicio justo. En la parte inferior, los elegidos resucitados van vestidos
con túnicas blancas que les proporciona un ángel cuando van llegando en barco a
las puestas del cielo. A ambos lados de Cristo se sitúan María y Juan el Bautista
como defensores regulares. Entre los personajes que aparecen al lado de María
se pueden identificar a San Pedro (llave), San Pablo (espada), San Mauricio
(bandera con cruces) y Santa Catalina (rueda y espada). Al lado del Bautista, el
rey David (arpa) y Moises (tablas de la ley). Aunque la descripción que hace
Provoost del Juicio Final es relativamente fiel al texto del Apocalipsis, el
pintor hace su propia versión de algunas escenas, como la representación de
diferentes puertas celestiales y al infierno. La huida de los condenados está
simbolizada en un carro del clero apóstata rodeado de figuras monstruosas. (texto
basado en el que figura en el catálogo en línea del Gruuthusemuseum de Brujas,
de cuya exposición permanente forma parte)