jueves, 28 de diciembre de 2017
Retrato de José María de Huarte y Jaúregui (Ignacio Zuloaga)
Zuloaga pinta este retrato en 1937. Se trata de un retrato de cuerpo entero, girado hacia el espectador, con la mano izquierda apoyada en la cadera, mientras que en la derecha sostiene unos guantes. Viste hábito de la Orden de Malta, birrete y manto capitular negro con la cruz de malta. Detrás del retratado hay un pequeño armario abierto, donde se aprecian diversos libros que denotan la formación del personaje y resaltan sus conocimientos sobre heráldica y genealogía. Destacado en el suelo, un libro está abierto por una página señalada por la espada apoyada en el mueble. Se trata del escudo de los Huarte, las armas del señor de Huarte de la villa de Arakil y de la casa de Irañeta. La parte superior del fondo es totalmente neutra. Es un retrato de composición clásica, En el que Zuloaga muestra su gran maestría para el dibujo.
jueves, 21 de diciembre de 2017
Lectura (Julio Romero de Torres)
Romero de Torres pinta Lectura entre 1901 y 1902, dentro del período que abarca desde 1874 hasta 1908 en el que se gesta su estilo más cuajado y popular, caracterizado, tanto por un gran decorativismo formal como por un profundo contenido simbólico que se manifiesta a través de representaciones alegóricas. En este cuadro ya adelanta lo que iban a ser las constantes de su época madura, como la precisión formal y la maestría en el dibujo. También se aprecia la suavidad con que el pintor iba a resolver en el futuro las carnaciones y los ropajes, en los que la luz incide sin estridencias, acentuando el ondulado plegado de las telas, bajo las que siempre se adivina el cuerpo de las modelos. La elaborada y minuciosa técnica empleada en esta actualizada “maja goyesca” de mirada perdida, consiste en el empleo de veladuras aplicadas sobre ligeras capas de pintura, mientras que los tonos son los habituales del pintor, fundamentalmente los pardos y grises. Junto a ellos, destacan, siempre sin estridencias, los azules, verdes, carmines y bermellones.
lunes, 18 de diciembre de 2017
Cristo en la Cruz (Ardisa -Zaragoza-)
Talla en madera de pino de tamaño casi natural. Procede de la ermita de San Vicente en la localidad zaragozana de Ardisa, y actualmente forma parte de la exposición permanente del Museo Diocesano de Jaca. Datada en el siglo XIII, se trata de una imagen de bulto redondo policromada representando a Jesús crucificado siguiendo el modelo románico de Cristo de cuatro clavos. Aparece de modo frontal con los brazos abiertos, la cabeza ladeada, el cuerpo ligeramente arqueado y el brazo derecho levantado, características éstas que rompen la simetría y rigidez de obras precedentes. Se aprecia un tratamiento anatómico cuidado que se refleja en los marcados músculos de brazos y torso, donde también se detalla el esternón y las costillas. También hay una pequeña representación de sangre que mana de las heridas de los clavos y de la llaga del costado. En fecha indeterminada se le quebraron los brazos para convertirla en imagen articulada de un descendimiento. No se conservan la cruz, los clavos de las extremidades y parte de los dedos de las manos.
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