Este interesante óleo, procedente
de las colecciones reales, se expone en el Museo de Zaragoza cedido por el
Museo del Prado. La escena está narrada con gran economía de detalles,
reducidos a los imprescindibles; toda la atención se centra en el abrazo del
padre y el hijo, tratados ambos con un realismo mesurado.
Por el efecto de la luz nocturna,
las figuras están situadas bajo una semipenumbra. No obstante, la intensa luz
cae sobre ellas modelando a los personajes y dotándoles de un efecto
tridimensional. De colorido apagado, sólo se anima la escena con las vistosas
plumas de la gorra que lleva el criado.
Para el profesor Pérez Sánchez,
su anónimo autor estaría en la órbita de Caravaggio, muy próximo al genovés
Doménico Fiasella, algo que se evidencia en el personaje de la izquierda,
elegantemente vestido.
Aunque mi conocimiento en pintura solo llega a la sensación que individualmente cada obra estimula en mis sentidos; verdaderamente es un placer leer la exposición de un verdadero conococedor en el tema. Personajes como usted, hace real aquel adagio de:"Los ignorantes en un tópico, perciben un mundo plano". Le felicito, y gracias por tan buena descripción
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