Jordaens expresa en este cuadro
su simpatía por la Reforma, antes de su conversión al calvinismo en 1671. La
amplia figura de Cristo mirando al espectador, se opone a los rostros gesticulantes de los fariseos; la máscara de
uno de los personajes quiere simbolizar la duplicidad de los fariseos, y por
extensión la de la Iglesia Católica.
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