miércoles, 13 de diciembre de 2017

Santa Rosa de Lima (Bartolomé Esteban Murillo)


Murillo pinta este cuadro hacia 1668, el mismo año en que es canonizada Santa Rosa de Lima, hecho que tuvo gran resonancia por ser la primera santa de origen americano. Parece ser que la ejecución de la obra estuvo relacionada con el ingreso de Francisca María, hija única de Murillo, en el convento dominico de la Madre de Dios de Sevilla.
La Santa está representada en el jardín del convento en el momento en el que se le aparece el Niño Jesús, sentándose sobre la labor que estaba realizando la religiosa para sustentar a sus ancianos padres. El Niño le ofrece un puñado de rosas, al tiempo que la elige como esposa por lo que sale de su boca una frase en latín que dice: “ROSA CORDIS MEI TV MIHI SPONSA ESTO”. Junto al cesto de la labor hay un libro, posiblemente una de sus lecturas. Al fondo se aprecian unas arquitecturas que aluden al edificio conventual, con un seto con rosas y un árbol delante. Una luz dorada baña a los dos personajes, creando un espectacular efecto atmosférico que no permite renunciar al naturalismo con el que Murillo detalla la cesta, el libro, el rosario o el hábito de la monja.


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