martes, 4 de septiembre de 2012

La Virgen de la sopa de leche (Gérard David)


En este cuadro, el tema sacro ha prescindido de todo hieratismo para convertirse en la anécdota familiar e íntima de una madre que da de comer a su hijo en una habitación burguesa poblada por los objetos cotidianos, junto a una ventana tras la que aparecen el jardín, la vecindad y, más lejos, el bosque. El artista combina así el asunto religioso y la escena de género, algo que harán en el futuro algunos pintores, como, por ejemplo Velázquez en su Jesús en casa de Marta y María. En este sentido, el pequeño cuadro de David representa una innovación con deliciosas posibilidades. Aunque parezca una obra menor, esta expresión de intimidad debió de tener una calurosa acogida, pues se copió o se imitó repetidas veces.


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