Manuel Quijano fue un compositor
de música que desde 1814 ejerció de director del Teatro de la Cruz de Madrid.
Al parecer fue precisamente con motivo de este nombramiento que Goya le realizó
este retrato de medio cuerpo inserto en un óvalo que imita un marco de madera.
Quijano va vestido con chupa
marrón de cuello negro abotonada, bajo la que asoma una camisa blanca. Su
cuerpo está ligeramente girado hacia la izquierda, y la cabeza, vista de tres
cuartos, se yergue para alcanzar con la mirada algún punto elevado, en un gesto
de altivez. Llama la atención la expresión seria del rostro, casi de enfado,
dominada por sus facciones afiladas. Por su actitud se puede suponer que se
trataba de un hombre ambicioso y de fuerte carácter. A su derecha y detrás de
él, hay una alusión a su profesión en forma de partitura musical. El fondo es
neutro, de un color grisáceo.
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