En la obra del Greco encontramos
varias versiones de este tema, algo que le ocurría a menudo cuando uno de sus
modelos se hacía popular y debía de repetirlo para otros encargos. Novedosa
resulta la imagen que presenta de Cristo en forma de figura sin heridas con la
cruz colocada de tal manera que parece que la abraza, en contraposición a la
representación clásica de una persona rota por el dolor del sufrimiento
infringido y padeciendo bajo el peso de la cruz camino delo Calvario.
Cristo se nos presenta con una
mirada serena a la par que llorosa, que parece transmitir al espectador que
acepta su destino de morir en la cruz. La posición de las manos es elegante,
típica de la pintura y escultura italiana que el Greco aprendió durante su
estancia en Venecia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario