Esta tabla en la que se
representa el Juicio Final iría colocada en la calle central del retablo,
debajo de la dedicada al Calvario. Este tema está recogido en los libros del
Antiguo y del Nuevo Testamento.
Serra distribuye el espacio en
dos planos. En la parte superior el tribunal celestial presidido por
Cristo-Juez que muestra las huellas de la crucifixión. En segundo lugar, el
terrenal, en la parte inferior, con los bienaventurados a la derecha que
reciben coronas y el donante del retablo, fray Martín de Alpartir, en primer
término; en el lado contrario están los condenados, empujados por demonios.
Destaca el elevado número de
personajes representados donde unos, los bienaventurados, son iluminados por
una luz que proviene de los cielos, mientras que el grupo de los castigados
recibe la oscuridad y la desesperación que se refleja en sus rostros.
Es éste un panel narrativo, de
fondos planos y de expresiones contenidas y serenas. La preparación es de matiz
verdoso, sobre el que destaca el modelado en blanco y rosado de fina pincelada
que siguen los volúmenes, dejando el sombreado por transparencia en la
preparación.
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