Pradilla realiza en este óleo el
estudio de un magnífico caballo negro para la montura del rey Boabdil en el
cuadro “La rendición de Granada”. De forma minuciosa pinta del natural a un
caballo de la cuadra de su amigo el conde, sin dejar nota o detalle al azar,
quedando patente una vez más su faceta de estudioso tenaz. Con la misma
fidelidad representa a Bobrinski montando al animal y vistiendo ropa según la
moda del momento.
La figura del equino ocupa casi
la totalidad del lienzo recortada sobre un cielo tratado a base de grandes
manchas y tonalidades propias de Pradilla. En definitiva, esta obra evidencia
el trabajo callado y duro que le supone la realización de su gran lienzo “La rendición
de Granada”.
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